¿Veremos algún día publicaciones literarias donde no solo se recomienden libros, sino que también se analicen?
Después de un rato recorriendo páginas (Twitter es una fuente inagotable de direcciones y nuevos blogs) siento que me invade la sensación de que todo es «brilli-brilli». Y es que lo artificial de algunos artículos es capaz de cortarte el hipo de raíz. Veo demasiados elogios (a menudo vacíos) y poco sentimiento; muchas ganas de quedar bien y cero naturalidad; mucha pose y ansias de protagonismo y poco amor por el trabajo; codicia por abarcar, por crecer y multiplicar la comunidad, aunque lo que cuentes apenas tenga interés por carecer de contenido (la realidad es que hacer buenas reseñas/artículos lleva su tiempo y claro, así no se pueden sacar dos o tres publicaciones semanales que es lo que se necesita para medrar en esto); veo... (vamos a entrecomillarlo) «poco interés», aunque se nos llene la boca de que todo lo que hacemos es por y para el género.
Pensadlo. ¿Se hace por difundir, por curiosidad personal, por pura generosidad... o por nosotros mismos?
Y ojo, que me parece genial que lo hagas por ti y conviertas tu blog en un negocio, pero luego no digas que eres desinteresado como el que más. A ti, como verás más abajo, te exijo un poco más.
También hay blogs que pasan de todo eso, que publican sin regirse por un estricto horario porque prefieren tener «algo» que contar; que se enfrentan a las lecturas desde el punto de vista íntimo o desde el análisis; que cuidan y miman sus publicaciones dándoles ese algo especial que las hace únicas; que apoyan de verdad al autor desconocido y no se lanzan solo a las novedades porque es lo que genera visitas; que se esfuerzan por innovar y crecer... También los hay, pero son pocos y se pierden entre la multitud.
Es fácil imaginar este mundillo como un gran banco de peces de la misma especie (un cardumen enorme), nadando sincronizados. Donde va el primero, van todos. Lo que hace uno sirve para los demás. Aunque a lo mejor no sea lo que realmente necesitemos.
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Y la comunidad crece y crece porque el sistema se retroalimenta y parece que funciona. Parece.
Si queremos «salvar» el género y conseguir que tenga un lugar merecido en el mundo literario necesitamos crecer y ser más serios y profesionales. Necesitamos que las reseñas se hagan desde el análisis y la crítica (respetuosa, obvio, y constructiva) y que no se conviertan en un mar de elogios vacíos y repetidos ni en un ataque personal contra el autor o la novela.
Los lectores, y también los escritores, necesitan que nos enchufemos las pilas porque, chicos: somos los nuevos prescriptores literarios. Tomad conciencia de eso. Somos el pulso de la literatura en la calle porque cada vez hay menos publicaciones y suplementos y muy pocos (por no decir ninguno) se han ocupado de nuestro querido género sino ha sido para vilipendiarlo. Por todo eso, si queremos hacerlo bien, vamos a tener que hacer un esfuerzo y «profesionalizarnos». Sobre todo si eres de ese tipo de blogger que se plantea su bitácora como un negocio. A ti hay que exigirte un poquito más que al resto, porque los demás lo hacemos como hobby o por gusto y no recibimos nada a cambio, a veces ni comentarios.
Tengo la sensación de que de nosotros, los bloggers, dependen muchas cosas y si convertimos este mundo en una tierra feliz, las novelas no mejorarán. Los escritores se darán por satisfechos porque no paramos de decirles que todo lo que hacen es maravilloso (aunque la realidad no sea tal), los editores seguirán publicando libros mal corregidos, mal traducidos o pobremente editados porque, total, todo vale. Los autores desconocidos seguirán siéndolo porque, en pro de la audiencia, a menudo solo nos ocupamos de la novedad editorial, de aquella que te regala libros para que llenes tus redes de fotos y tu estantería de libros... ¿Sigo?
Nuestra labor no es solo recomendar novelas y agasajar a los autores. Si queremos que suba el nivel de nuestro género, si queremos que deje de ser «de segunda» debemos contar (vuelvo a repetir, desde el respeto) lo que realmente veamos en los libros y eso será difícil hacerlo si nos convertimos en herramientas de una editorial o en «amiguísimos» de los escritores.
Necesitamos la crítica para crecer, eso no es un descubrimiento ni algo nuevo, pero sobre todo existe una necesidad urgente de ser autocríticos con nosotros mismos. De mirar en nuestra casa y ver qué estamos haciendo.
Me gusta tu artículo. Supongo que porque coincido en muchas cosas. Creo que no leo mucha romántica en español porque nunca sé qué libros merecen la pena y cuales no. Para muchas blogueras españolas todo es siempre estupendo y maravilloso. Después de unos cuantos chascos, me di cuenta de que no se puede uno fiar de esos blogs. Pero también hay gente (entre quienes espero estar) que contamos nuestra experiencia personal con los libros. Yo, por lo menos, cuando algo me gusta lo digo y explico por qué, y cuando no, también. Pero siempre en plan aficionado. No sé, entonces, si podrá haber alguna vez critica «seria y profesional», como tú dices, en el género romántico. Los críticos profesionales se dedican a analizar otros géneros, y no a la despreciada romántica. Y los que nos dedicamos con entusiasmo a analizar seriamente los libros, la verdad es que somos solo aficionados, por amor al arte y no tenemos (yo, al menos no la tengo) la formación académica para hablar con la profundidad, seriedad y profesionalismo que echas en falta.
ResponderEliminarHola, Bona!
EliminarYo no leo en inglés y no me queda otra que fiarme de reseñas o de recomendaciones o incluso de pálpitos personales, y por ello muchas veces me doy de tortas cuando elijo lecturas.
Como tú no tengo formación, pero intento que mis reseñas no se limiten a un análisis superficial de "qué bonito es todo" e intento explicar con mis palabras lo que veo lo que veo o me hace sentir una lectura. Lo bueno y lo malo.
Muchísimas gracias por pasarte y perdona que no te haya respondido antes, no sé por qué, pero no me ha saltado la notificación.
Un saludo.
Yo normalmente me dejo llevar por lo que me apetece leer o alguien me recomienda. Intento explicar, como mayor o menor acierto, lo que esa lectura me ha hecho sentir pero siempre desde la sinceridad y sobre todo desde el respeto porque escribir es un trabajo difícil.
ResponderEliminarUn saludo.
Escoger bien las palabras es una tarea ardua que requiere precisión. Respeto es una palabra que me gusta.
EliminarGracias por pasarte, un saludo.